Lluvia. Calor. Más lluvia. La fuerza de
la naturaleza, silenciosa pero implacable, hace su trabajo y las
malezas se multiplican sin control. En los 20 kilómetros que separan
Gouin de Tres Sargentos, hay ciertos puntos donde suelen formarse
grandes almácigos de cicuta, sorgo, cardo y hasta una variedad de menta
silvestre, de rápido crecimiento y tallo bastante duro.
Para
el sábado 29 de noviembre se pronosticaban fuertes precipitaciones y esa
mañana partió una cuadrilla formada por socios de las bases Mercedes y
Tres Sargentos, con el objetivo de atender lo más posible ese sector
crítico antes de que el temporal anunciado obligara a volver. Porque sí,
la misma naturaleza que hace crecer el pasto es la que también nos
muestra su poderío soplando terribles vientos, encapotando el cielo como
en una película de terror y, finalmente, desatando una lluvia gruesa,
horizontal, feroz. Acá van algunas fotos que testimonian esos extraños
momentos.