lunes, 23 de mayo de 2011

Re-bobina

Luego de una exclamación irrepetible, Carlos se lamentó: "Colocando el asiento se golpeó la bobina quedó arruinada. No podemos mover la zorra."

En el inhóspito kilómetro 168, la caída del sol y un frío que empezaba a preocupar avisaban que ya era hora de volver. A lo lejos, un tero solitario remontaba vuelo y se perdía en un horizonte verde, perfectamente liso, infinito.

¿Qué hacer? ¿Cómo conseguir un repuesto de motor Citroen donde no hay ni siquiera una casita a la vista? Mientras los de la cuadrilla nos mirábamos las caras desconcertados, Hernán desaparecía repentinamente entre las cañas. Poco después, llegaría con una sorpresa entre manos...

En el video de abajo se devela el misterio.






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