martes, 22 de marzo de 2011

Juntos, cada vez más lejos

Cuando la pasión por lo que se hace crece día a día, los límites comienzan a correrse. El entusiasmo toma la forma de aquello que va realmente en serio y modela un sueño que contagia y se agiganta. Ese es el orgullo de Amigos del Belgrano: cada día, un paso más. Cada jornada, una nueva conquista.

Mantener viva a la trocha es un trabajo tan sacrificado como divertido. Y aunque nos regocijemos atravesando paisajes imponentes a bordo de nuestras zorras y disfrutemos de una forma única los misterios del campo inmenso, ¿cómo explicar el secreto encanto de limpiar pasos a nivel casi abandonados y de cortar maleza en parajes donde nadie puso un pie en más de una década? ¿Se puede poner en palabras la satisfacción que produce desenterrar vías centenarias que duermen bajo la tierra para despertarlas del triste letargo del olvido? Para nosotros, destapar estos rieles es mucho más que descubrir la historia. Es reescribirla.

Aquí debajo, algunas fotos de las inolvidables jornadas del último fin de semana, entre Espora y Tres Sargentos. Y todo en un clima de camaradería y amistad que, al finalizar el trabajo realizado y cerveza mediante, confirma el amor por lo que hacemos:




Preparativos en Espora: Mercedina, Espartana y carro. Total: 14 catangos.



Más allá de Gouin, la ruta 51. ¿Paso a nivel? Ni siquiera una cruz de San Andrés.



En zonas difíciles, las zorras avanzan en tándem para hacer frente a la maleza



¡Foto, Presi!



Hernán, operario de motoguadaña



Las pestañas dejan su marca en el asfalto insolente que tapó las vías



Cañas: antes...


... durante ...



... y después!


Víctor vigila la dirección de La Mercedina sobre el pavimento




El motor de La Espartana recibe elogios unánimes



Intimidando al tránsito (?)



Amigos, la primera palabra de nuestro nombre



El chaleco de Richard se distingue a kilómetros. Eso es seguridad.



El "monte de las leñas" en el km 164, un oasis que es parada obligada



Una foto desde el terraplén antes de retomar la marcha



Regreso con la vía iluminada por la luna llena. Basta de palabras.